Lección 04 La inmadurez no te deja ver la voluntad de Dios
Discipulado # 04
La inmadurez no te deja ver la voluntad de Dios
“ Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres ”. Mateo 16:23
Pedro fue un discípulo de Jesús que vio milagros, maravillas, prodigios que el Señor Jesús hizo con él y con otros, sin embargo, él era un discípulo inmaduro.
Por esto, Jesús trato mucho con la conducta y la inmadurez de Pedro durante su ministerio en la tierra. Pedro no entendía que, lo que le pasaría a Jesús era para y por el bienestar y salvación de muchos. Pedro siempre reaccionaba diferente a cierto tipo de situaciones donde se esperaba otro tipo de respuesta. Cuando Jesús le dijo lo que iba a sufrir, su reacción fue siempre contraria, y Jesús le reclamó.
La inmadurez muchas veces nos hace actuar con conductas que no son apropiadas al conocimiento que se supone que tenemos de la palabra.
Pedro era tan inestable en sus emociones que cuando Jesús le preguntó quién era él, le dijo: “ Tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente ”. Mateo 16:13 al 17, y más
adelante en ese mismo capítulo actúa contrario a lo que le fue revelado por el Padre.
“ La inmadurez no es un demonio, pero es una puerta que los demonios pueden usar para ir en contra de la voluntad de Dios ”.
Ocurre igual con nosotros, podemos ser influenciados por el enemigo en algún momento para portarnos de forma inmadura. Cuando Jesús reprendió a Pedro, estaba reprendiendo su conducta inmadura de no entender lo que iba a acontecer.
A veces podemos estar actuando contrario a la voluntad de Dios sin saberlo, por lo tanto, es necesario actuar en conocimiento por medio de su palabra para conocer que quiere Dios de nosotros.
En otro ejemplo, podemos ver la falta de madurez de Pedro interponiéndose a la voluntad de Dios.
“ Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, e hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11 Jesús entonces dijo a Pedro: Guarda la espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? ”.
Juan 18 :10- 11
Jesús estaba siendo arrestado para ir a morir en la cruz y a pesar de que Jesús ya había explicado lo que le iba a ocurrir, en su inmadurez, Pedro se comporta de forma contraria. Entonces, en su inmadurez, Pedro le cortó la oreja con su espada al siervo del sumo sacerdote.
Hay veces que por no entender y actuando con inmadurez, actuamos y podemos herir a otros y Jesús, pidiéndole que guardara su espada, le estaba diciendo que esa no era manera de actuar.
Luego vemos como Jesús le sanó la oreja a este siervo del sumo sacerdote, orando por él demostrando cual tenía que ser la forma de actuar de una persona madura. Hoy día vemos que muchas gentes en su inmadurez están hiriendo a otros con palabras, mientras tienen que estar sanando con sus acciones a otros.
La inmadurez nos cierra los ojos, el entendimiento y muchas veces nos impide que caminemos en fe. Lo que Jesús estaba por pasar iba a cambiar el destino de toda la humanidad y gracias a Jesús, que discernió en el espíritu lo que se estaba moviendo detrás de la actitud de Pedro, no impidió que este lo frenara.
Solo creyentes maduros pueden aceptar la voluntad de Dios, no siempre las cosas que hace Dios nos van a gustar, Pedro no quería que Jesús sufriera, pero el sufrimiento es parte de nuestro caminar con Dios.
Dios espera que como hijos de Él maduremos y nos dejemos dirigir por Él, para hacer su voluntad.
Lo que podemos aprender de esta historia es que, a pesar de la inmadurez de Pedro, Jesús nunca lo dejó, siguió tratando con él, y así es Dios, él no nos abandona ni deja de procesarnos a través de su Espíritu Santo, para ver el cumplimiento de su propósito en nosotros.
Pst. F. Tranfa