Bendecidos con toda bendición
Universidad de la Fe
Campus Madrid -Discipulado
Nuestra Identidad en Cristo como discípulos- Bendecidos con toda bendición espiritual.
Una de las pausas que se puede hacer en el camino hacia la meta de nuestra salvación eterna, es no tener bien firme y clara nuestra identidad en Cristo, porque la falta de identidad trae muchos problema a nuestra vida personal, a tal punto que no sólo puede hacer que nos detengamos, sino que también vivamos dependiendo de lo que las demás personas, situaciones o cosas hagan o piensen de nosotros.
Todos tenemos una identidad, que es como si fuera nuestra huella digital, porque nadie puede ser igual a otra persona, cada uno somos especial y únicos, conocemos nuestra identidad porque sabemos de dónde venimos, nuestra familia, nuestra cultura, nuestro entorno, dónde hemos crecido y todo eso forma parte de nuestra identidad, pero cuando venimos a Cristo y empezamos a descubrir que nuestra identidad no es solamente lo que nosotros pensábamos que era, sino que hay una identidad que la palabra de Dios nos da como sus hijos, nos vamos dando cuenta que hay cosas que debemos reafirmar, mejorar e incluso agregar a nuestra identidad, porque entonces ya no somos lo que nosotros o la gente diga, sino lo que Dios dice que somos.
Dios nos ha dado una identidad en Él que va por encima de lo que nosotros podemos creer o pensar de nosotros mismos, en Cristo hay verdades tan grandes que debemos vivir en nuestra vida diaria y que si las usamos cada día, no vamos a complicarnos tanto la vida, queriendo ser, parecer o aparentar delante de los demás porque realmente es a Dios a quien buscamos agradar, creyendo lo que Su palabra dice que somos y poniéndola en práctica.
El problema es que la falta de identidad en Cristo si puede hacer una pausa muy grande en nuestro camino hacia la meta e impedir que prosigamos con gozo, con paz, con ánimo porque si no estamos atentos, el enemigo puede utilizar esa falta de identidad, para que entremos en una situación equivocada buscando agradar a todos menos a Dios.
La falta de identidad en Cristo, el enemigo la puede usar de forma tan sutil, que nos puede llevar a olvidarnos de lo que la palabra de Dios dice y meternos en situaciones completamente irreales, que van desgastando nuestro ánimo, que nos roban la paz, el tiempo y que nos detienen de hacer lo que realmente deberíamos estar haciendo, que es hacer la voluntad de Dios por sobre todas las cosas, realizar nuestro trabajo con excelencia y caminar hacia la meta que es nuestro cometido.
La palabra de Dios nos da una nueva identidad y hay muchas citas bíblicas que lo confirman a nuestros corazones:
Dios nos ha bendecido con todas las bendiciones espirituales en Jesús.
Dios ha transferido al creyente, en la Persona del Señor Jesucristo, toda su herencia de riqueza espiritual. Sin Cristo y aparte de Él no tenemos nada, no somos nada y no podemos hacer nada (Juan 15:5); pero como creyentes Dios nos dice: Luke l5:3l. ¡Qué ricos somos, pero qué pocos de nosotros estamos conscientes de nuestra verdadera riqueza y “poseemos nuestra herencia” (Abdías 17)! Dios ha hecho a su Hijo la fuente de toda bendición espiritual y en el momento en que le recibimos como Señor y Salvador se hacen nuestras todas las bendiciones que están en Él. ¿Cuáles son esas bendiciones que son nuestras en Cristo y que hemos de apropiarnos y disfrutar?
Los versículos 4 al 14 mencionan siete.
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Hemos sido ESCOGIDOS en Cristo antes de la creación del mundo (versículo 4).
Es la gran verdad de la Elección. ¡Qué maravilloso que Dios nos haya seleccionado para ser suyos! Note cuándo nos escogió y por qué nos escogió : compare Juan 15:16 y 1Pedro 1:15-16. ¡Qué maravilla de gracia soberana es esto! Nuestra salvación no es algo que se le ocurrió a Dios más tarde, sino que concibió todo este plan desde la eternidad pasada. Creyente, ¿te preguntas alguna vez si al final serás salvo? Lee y descansa sobre el versículo 4, deshazte de tus dudas para siempre, y mira Juan 6:37-39.
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Hemos sido PREDESTINADOS para la adopción como hijos (versículos 4/5).
La palabra “predestinado” significa “marcado de antemano”. En la eternidad Dios no solo nos escogió sino que también planificó lo que haría con nosotros. La elección mira hacia atrás y nos dice que fuimos escogidos (versículo 4); la predestinación mira hacia adelante y nos dice por qué fuimos escogidos (versículo 5). El propósito de Dios al escogernos fue que fuésemos incorporados a su familia y recibiésemos la plena dignidad y privilegios de hijos. Piénselo: nosotros, perdidos y enemigos, ¡hemos sido escogidos para ser hijos, miembros de la Familia Real del Cielo! Mire 1Juan 3:1-3 y compare Romanos 8:18,19 y 23.
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Hemos sido aceptados en el Amado (versículo 6).
Esto quiere decir que si bien Dios nunca podría aceptarnos en nuestro estado pecaminoso y no regenerado, sin embargo una vez que confiamos en Cristo como nuestro Salvador nos acepta en Él; compare Isaías 64:6 con Efesios 1:6. Esto debería alejar todas mis dudas. Si miro a mi pecaminoso ser enseguida dudo, pero si fijo mis ojos en Jesús (Hebreos 12:2), en quien soy aceptado, mis dudas desaparecen, porque Dios ha aceptado la perfecta vida y la obra acabada de su Hijo y en Él es donde encuentro mi aceptación.
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Hemos sido REDIMIDOS y todos nuestros pecados perdonados (vers. 7).
Redimir es recomprar, liberar pagando rescate: mire 1Pedro 1:18-19. Estábamos “vendidos al pecado” (Romans 7:14) y hemos sido “comprados por precio” (1Corinthians 6:20); y no solo eso, hemos sido perdonados: mire Isaías 44:22-23, Salmo 103 y Lucas 7:47. Dios no solo nos ha hecho suyos, sino que nos ha hecho dignos de vivir con Él para siempre. ¿Cómo lo ha hecho?: “por su sangre”, es decir, por el sacrificio y obra de expiación del Señor Jesucristo. Mire Mateo 20:28 y compare 2Corintios 5:21 con Hebreos 9:12, 1Pedro 1:18 y 2:24 y Apocalipsis 1:5-6.
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Hemos sido iniciados en el Misterio Divino (versículos 8 a 10).
La palabra “misterio” se refiere a la verdad que estuvo oculta pero que ahora Dios ha revelado. La “revelación” concreta que encontramos en el versículo 10 es que todo está avanzando hacia la gloriosa consumación de todas las cosas, cuando Filipenses 2:10-11 se hará realidad. ¿Dónde nos ha dado Dios a conocer el misterio de su voluntad (versículo 9)? En su Palabra, que es “la palabra profética más segura” (2Pedro 1:19). Ahí tenemos el glorioso plan de Dios para el futuro, hasta que el tiempo ya no exista y los salvados estén con Él por toda la eternidad.
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Hemos obtenido una HERENCIA (versículo 11).
En Cristo tenemos todo lo que necesitamos para el tiempo y para la eternidad (versículo 11): mire 1Pedro 1:4 y compare Romanos 8:17 y 32, 1Corintios 3:21-23, 2Timoteo 2:12 y Apocalipsis 5:10. “Herencia” nos habla de riquezas, abundancia, posesiones: ¡Qué riquezas tenemos en Él! El versículo 14 nos dice que ya tenemos la garantía de nuestra herencia. El Espíritu Santo en nosotros es la señal de que un día disfrutaremos de todo lo que ya nos pertenece en Cristo: mire Efesios 4:30 y compare con Juan 14:16-17.
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Hemos sido sellados con el ESPÍRITU SANTO de la promesa (vers. 13 y 14).
Este sello divino indica propiedad y seguridad; ¡pertenecemos a Él y siempre le perteneceremos! Hemos sido sellados “hasta el final del camino” (Efesios 4:30).
Estas bendiciones espirituales le pertenecen a cada uno de los cristianos. Solo son nuestras si estamos “en Cristo” (versículo 3), si habiendo oído el evangelio (versículo 13) hemos creído (versículo 13).
En tu propia vida, cuando las cosas difíciles vengan, cuando tus ideas de ti mismo te digan lo contrario, recuerda que Dios dice de ti que eres bendecido.
Eso significa que puedes esperar lo bueno para tu vida y no lo malo. Ningún pensamiento contrario a tu identidad en Cristo puede cambiar esa verdad.
Somos bendecidos por Dios como dice Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”
¿Qué es lo que quiere decir bendito? La palabra bendito puede significar: bienaventurado, dichoso, feliz. Y el día de hoy Dios le está diciendo que usted es una persona que ha sido bendecida.
Ahora, está bendición habla de un tiempo. Aquí dice que él nos bendijo. Esto significa que usted no tiene por qué estar buscando la bendición, Dios ya le ha dado miles de bendiciones. En su interior hay un torrente de bendiciones espirituales deseando fluir y afecte positivamente la vida de otras personas.
Por otra parte, esas bendiciones tiene un lugar. Que claramente habla en términos espirituales, ya que aun no estamos en el cielo, pero tenemos un llamado celestial y eterno. Este termino significa nuestra asociación con Cristo a través del Espíritu Santo y la oración.
Debemos dar gracias a Dios por la elevada posición que tenemos en Cristo Jesús. Porque independientemente de la condición o situación en la que se encuentre hoy ¡usted ha sido bendecido en los lugares celestiales! No importa si esta deprimido, con problemas, Dios lo ha elevado a la mas alta posición espiritual y esto le asegura no solo autoridad sino también la victoria.
Y así podríamos dar una gran lista de palabras que hablan de quiénes somos en Cristo Jesús, lo que Él dice es lo que realmente somos y no la opinión que tengan los demás o nosotros mismos.
Pidamos al Señor que la falta de identidad en Cristo no haga que nosotros nos detengamos buscando agradar a otros, agradar a todos, agradar a nosotros mismos y olvidar al que realmente debemos agradar. Reafirmemos nuestra identidad en Cristo y prosigamos hacia la meta.