Clase 8 Un entendimiento bíblico de la teología
Discipulado: Universidad de la FE
Campus Madrid
Viviendo como Iglesia
UNA SANA TEOLOGIA
¿Qué piensas que significan las palabras en cursiva: “pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como él es” (1 Jn. 3:2)?.
Si leíste con cuidado todo el relato de la historia bíblica presentado en el capítulo 3, probablemente sabes que estas palabras indican cómo, al final de los tiempos, la iglesia relejará puramente el carácter amante y santo de Dios, sin de la influencia distorsionadora del pecado.
Sin embargo, si estuvieras sentado en un tabernáculo mormón, escucharías que las palabras “seremos semejantes a Él” ¡significan que nos convertiremos en dioses!
¿Cuál es la diferencia entre estas dos interpretaciones? Una está informada por la teología de toda la Biblia, la otra no.
Nuestras iglesias no sólo deberían estar interesadas en cómo se nos enseña, sino también en qué se nos enseña. Esta es la razón por la que una marca esencial de una iglesia sana es la teología bíblica sana, o una teología que sea bíblica. Si esto no es así, interpretaremos los versículos individualmente como si significaran cualquier cosa que nosotros queramos que signifiquen.
Teología Sana
La palabra “sana” relacionada con la doctrina es una palabra pasada de moda. Sin embargo deberíamos amar la salud – salud en nuestro entendimiento del Dios de la Biblia y de sus planes con nosotros. Pablo usa la palabra “sana” en una serie de ocasiones en sus escritos pastorales a Timoteo y a Tito. Significa “fiable”, “precisa” o “fiel”. En su raíz, es una imagen del mundo de la medicina que significa sano o saludable. Por lo tanto, la teología bíblicamente sana, es la teología que es fiel a la enseñanza de la Biblia entera. Interpreta de manera fiel y precisa las partes en términos del todo.
En su primera carta a Timoteo, Pablo dice que la “sana doctrina” es la doctrina que se conforma al evangelio y se opone a la impiedad y el pecado (1 Ti. 1:10-11). Más adelante, contrasta estas enseñanzas con “la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo” y la doctrina que es conforme a la piedad (1 Ti. 6:3).
En su segunda carta a Timoteo, Pablo lo exhorta: “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Ti. 1:13). Luego advierte a Timoteo que “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Ti. 4:3).
Cuando Pablo le escribe a otro joven pastor llamado Tito, comparte unas preocupaciones similares. Todo hombre al que Tito estableciese como anciano de una iglesia, dice Pablo debe ser retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tit. 1:9). Los falsos maestros deben ser reprendidos a in de “que sean sanos en la fe” (Tit. 1:13). Y, finalmente, Tito debe predicar “lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tit. 2:1).
Los pastores y lideres en las iglesia sanas deberían enseñar sana doctrina – doctrina que sea fiable, precisa y fiel a la Biblia – y las iglesias son responsables de hacer que sus pastores y lideres enseñen con fidelidad la sana doctrina.
Unidad, diversidad, y caridad
Aquí no podemos exponer todo lo que constituye la sana doctrina puesto que eso requeriría que reprodujéramos toda la Biblia.
En la iglesia en la que estamos Rey de reyes , requerimos de cada miembro que crea en la salvación solamente por medio de la obra de Jesucristo. También confesamos los mismos (o muy semejantes) entendimientos del bautismo de creyentes y de la estructura de la iglesia .
Estar de acuerdo sobre el bautismo y la estructura de la iglesia no son asuntos esenciales para la salvación, pero son útiles de manera práctica y saludables para la vida de la iglesia.
Por otro lado, nuestra iglesia permite algún tipo de desacuerdo sobre asuntos que no son necesarios ni para la salvación ni para la vida práctica de la iglesia. Todos estamos de acuerdo en que Cristo vendrá de nuevo, pero existe un abanico de opiniones sobre el momento de su regreso.
Hay un principio que impregna todo esto: cuanto más nos acercamos al corazón de nuestra fe, más esperamos unidad en nuestro entendimiento de la fe – en la doctrina bíblica sana. La iglesia primitiva lo ponía de esta manera: en las cosas esenciales, unidad; en las no esenciales, diversidad; en todas las cosas, caridad.
Doctrinas complejas o controvertidas
Una iglesia que está comprometida con la sana enseñanza estará comprometida con la enseñanza de las doctrinas bíblicas que las iglesias descuidan con frecuencia. A nuestros ojos, ciertas doctrinas pueden parecer difíciles o incluso divisivas. Sin embargo, podemos confiar en que Dios las ha incluido en su Palabra porque son fundamentales para nuestro entendimiento de su obra de salvación.
El Espíritu Santo no es tonto. Si Él ha revelado algo en su Libro para que todo el mundo lo lea, las iglesias no deberían pensar de sí mismas que son tan sabias que lo mejor que pueden hacer es evitar ciertos asuntos. ¿Deberían ejercer sabiduría pastoral y tener cuidado cuando hablan de ciertas cosas? Sin duda. ¿Deberían evitar ciertas cosas de manera absoluta? Definitivamente no.
Si queremos iglesias que estén guiadas por la sana doctrina de la Biblia, debemos estar de acuerdo con la Biblia entera. La doctrina bíblica de la elección, por ejemplo, muchas veces
se evita con el argumento de ser una doctrina demasiado compleja o demasiado complicada. Sea como sea, la doctrina es innegablemente bíblica. Aunque no podamos entender todo sobre la elección, no es un asunto pequeño que nuestra salvación en último término emana de Dios y no de nosotros mismos. Hay una serie de preguntas importantes que la Biblia responde pero que la iglesia comúnmente descuida, tales como:
• ¿Las personas son básicamente buenas o malas? ¿Lo único que necesitan es ánimo y autoestima, o necesitan perdón y una vida nueva?
• ¿Qué hizo Jesús al morir en la cruz? ¿Satisfizo realmente y de manera efectiva la ira justa del Padre, o simplemente sentó un ejemplo de auto-sacrificio para sus seguidores?
• ¿Qué es lo que sucede cuando una persona se convierte en cristiana?
• Si somos cristianos, ¿podemos estar seguros de que Dios continuará cuidándonos? Si esto es así, ¿su cuidado continuo está basado en nuestra fidelidad o en la suya?
La fidelidad a la Escritura demanda que hablemos sobre estos asuntos con claridad y autoridad, como lo hace nuestro deseo de exhibir el carácter de Dios en toda su plenitud.
Considera esto: Si queremos iglesias que exhiban el carácter de Dios, ¿no quisiéramos conocer todo lo que Él ha revelado sobre sí mismo en la Biblia? Si no lo hacemos, qué dice ello de nuestra opinión sobre su carácter?
En nuestros días, con demasiada frecuencia, la cultura consumista y materialista que nos rodea anima a las iglesias a entender la obra del Espíritu en términos de mercadotecnia y convierten el evangelismo en publicidad.
Oremos para que nuestros creyentes y líderes permanezcan completamente comprometidos con la sana doctrina en su gloria plena y bíblica.
Una iglesia sana está caracterizada por la predicación expositiva y por una teología que es bíblica.
Revisado y adaptado por el
Pst F Tranfa