Clase 1 Viviendo como iglesia
Discipulado: Universidad de la FE
Campus Madrid
Viviendo como Iglesia
Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembros, ¿Dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir ala mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 1 Corintios 12:18-21
Los señores Nariz y Mano estaban sentados en la banca de la iglesia hablando . El servicio de la mañana, dirigido por Oído y Boca, recién había terminado, y Mano le decía a Nariz que él y su familia habían decidido buscar otra congregación.
“¿De verdad?” respondió Nariz a las noticias de Mano. “¿Porqué?” .“Oh, no sé” dijo Mano, cabizbajo. Él usualmente hablaba más lento que los otros miembros del cuerpo. “Es que la congregación no tiene lo que la Sra. Mano y yo estamos buscando”. “Bueno, ¿Qué es lo que estás buscando?” preguntó Nariz. El tono con que habló estas palabras era con mucha simpatía.
Pero ,mientras las estaba hablando él sabía muy bien que iba a ignorar la respuesta de Mano. Si los Mano no podrían ver que Nariz y el resto del liderazgo estaban llevando al cuerpo de la iglesia en la dirección correcta, entonces no había nada que hacer. Mano tuvo que pensar antes de responder. Él y la Sra. Mano estimaban al Pastor Boca y a su familia.
También pensaban que el ministro de música Oído tenía buenas intenciones. “Bueno, yo creo que estamos buscando un lugar donde la gente sea más como nosotros”, confesó
Mano. “Tratamos de convivir con los Pies, pero sentimos que no nos conectamos con ellos. Luego nos unimos al grupo pequeño para todos los Dedos. Pero solo hablaban acerca de calcetines, zapatos y olores. Y eso no nos interesaba.
”Nariz lo miró con genuina desilusión: “Pero, ¿no estás contento que ellos estén preocupados por los olores?”. “Sí, claro, pero no es para nosotros. Luego, fuimos a la Escuela Dominical para todos los miembros de la cara. ¿Lo recuerdas? Fuimos varios domingos hace algunos meses.
“Fue genial tenerlos allí”. “Gracias. Pero ustedes solo hablaban, escuchaban, olían, y gustaban. Se sentía como, bueno parecía que nunca querían trabajar y poner manos a la obra. Es más, la Sra. Mano y yo estamos pensando ir a la nueva congregación en el lado Este de la ciudad. Escuchamos que palmean mucho y alzan las manos. Eso es lo que estamos necesitando ahora.“Hmmmm”, dijo Nariz. “Ya veo lo que dices. No quisiéramos que se fueran. Pero me imagino que debes hacer lo que sea lo mejor para ustedes. En ese momento, la Sra. Mano, quien estaba en otra conversación regresó con su esposo y Nariz.
Mano explicó brevemente lo que él y Nariz habían estado platicando, y Nariz volvió a repetir la tristeza que iban a sentir al considerar la posibilidad de perder a los Mano. Pero, volvió a decir que entendía ya que parecía que sus necesidades no estaban siendo solventadas. La Sra. Nariz expresó estar de acuerdo. Ella quería ser cortés, pero honestamente no sentía tristeza al irse. Su esposo había hecho su inconscientes comentarios criticando a la congregación a través de los años que su corazón empezó a reflejar el del Sr. Mano. Nunca había explotado en enojo contra el cuerpo. Es más, a menudo se disculpaba por ser “tan negativo”, como solía decir. Pero las pequeñas quejas que expresaba habían tenido cierto efecto. Los grupos pequeños eran un poco exclusivistas. La música estaba pasada de moda. Los programas eran un tanto bobos. La enseñanza no era algo que les gustara del todo. Al final
, era difícil para los Mano dar una razón, pero finalmente habían decidido que esta congregación no era para ellos. Además la Sra. Mano sabía que su hija Meñique no se sentía muy cómoda en el grupo para jóvenes.
Todos eran tan diferentes a ella que se sentía fuera de lugar. La Sra. Mano dijo como apreciaba a Nariz y su liderazgo. Pero la conversación ya se había prolongado demasiado para Nariz. Es más, el perfume de la Sra. Mano lo hacía querer estornudar. Agradeció a la Sra. Mano por sus palabras, y le repitió estar triste por su decisión, se volteó y comenzó a caminar.
¿Quién necesitaba a los Mano? Aparentemente, ellos no lo necesitaban a él.
¿Qué buscas en una iglesia?
Quizá no has pensado en esta pregunta recientemente. Pero toma un momento para considerar esto: ¿Cómo luce una iglesia ideal? Para ti, la iglesia ideal es un lugar con…”.Buena música – música que demuestra que el grupo practicó y se preparó. No quieres guitarras ni batería. Quieres un coro con violinistas. La música bella glorifica a Dios. O quizá sí quieres guitarras y batería, algo contemporáneo y al día. Eso es lo que la gente escucha en la radio y eso es lo que quieren escuchar en la iglesia. Quizá la música no es tan importante para ti como lo es la predicación. Quieres una iglesia donde los sermones sean muy buenos – instructivos, no con mano dura, bíblicos, pero no aburridos, prácticos pero no enfadosos ni legalistas.
Claro, la clase de hombre que es el predicador tiene mucho que ver con la clase de sermones y hay muchas clases de predicadores: el erudito intenso que ama la doctrina y nunca sonríe, el tipo gracioso con millones de historias, el consejero familiar que “ha vivido cada situación”. Claro, solo estoy describiendo una caricatura, pero muchos de nosotros tenemos expectativas de cómo debe ser un pastor, ¿no es así?
O quizá estás buscando una iglesia donde la gente está en la misma etapa de vida que tú porque así puedes conectar con ellos. Ellos comprenden lo que estás atravesando porque también lo están viviendo. Acaban de salir de la universidad al igual que tú. Tienen hijos pequeños al igual que tú. Están por jubilarse al igual que tú. Ellos saben lo que es comprar en tiendas de segunda igual que tú o tiendas de diseñador igual que tú. Son de la ciudad al igual que tú, o quizá de zona rural. O quizá lo más importante de una iglesia son las oportunidades que te dan para involucrarte – lugares para servir, oportunidades para hacer el bien.
¿Enfatiza la iglesia el evangelismo? ¿Hace énfasis en las misiones? ¿Hace énfasis en ayudar a los pobres? ¿Da oportunidades para que tú y tu hijo puedan conocer a otros padres e hijos? ¿O qué tal oportunidades para ayudar en el ministerio de niños? ¿Tiene programas que puedan llamar la atención de tus niños o tus jóvenes?
Yo creo que mucha gente busca una iglesia que esté “viva en el Espíritu”. El Espíritu es el que nos guía, así que posiblemente buscas una iglesia donde la gente sea sensible a oír su voz, donde puedan identificar su obra o que no duden en las cosas asombrosas que Él puede hacer. Estás cansado de estar cerca de los contristadores del Espíritu y amantes de la tradición. ¡El Espíritu está haciendo cosas nuevas! ¡Nos está dando canciones nuevas! O quizá solo buscas una iglesia que te haga sentir de cierta forma. Tal vez nunca lo dirías de esta manera.
Pero si estás acostumbrado a una iglesia que te haga sentir como en un centro comercial o en una capilla vieja o un café, es de esperarse que busques una iglesia que te de la misma sensación. ¿Acaso no es cierto que cuando muchos de nosotros salimos del hogar de nuestros padres, solemos volvernos nostálgicos con ciertos paisajes, olores o sonidos que tienen relación con las cosas que hacían mamá y papá? Muchas de estas cosas pueden ser buenas, o por lo menos neutrales. Realmente, solo quiero que comiences a pensar en lo que más valoras de una iglesia.
¿Qué es lo que estás buscando? ¿Un lugar acogedor? ¿Apasionado? ¿Auténtico? ¿Grande? ¿Íntimo? ¿A la moda? ¿Emocionante?¿
¿Cómo debería ser una iglesia?
Un tema para todos los cristianos
Antes de que consideremos lo que la Biblia dice acerca de cómo deben ser las iglesias, lo cual haremos en los primeros capítulos, de este discipulado quiero que consideres la razón de mi pregunta, especialmente si no eres pastor. Al fin y al cabo, un discipulado acerca de iglesias saludables, ¿no es solo para los pastores y líderes de la iglesia? Es para pastores, sí, pero también para cada cristiano.
Recuerda: lo que escribían los autores del Nuevo Testamento. Cuando las iglesias en Galacia comenzaron a escuchar a los falsos maestros, Pablo les escribió diciendo, “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gá. 1:6). ¿A quiénes estaba llamando a cuentas el Apóstol por las enseñanzas falsas en la iglesia? No solo a los pastores sino a todo el cuerpo de la iglesia.
Esperaríamos que les escribiera solo a los líderes de la iglesia diciendo: “¡Detengan la enseñanza falsa!” Pero no lo hace. Él llama a cuentas a toda la iglesia. De la misma manera, cuando la iglesia en la ciudad de Corinto permitía que continuara una relación adúltera en medio de ellos, Pablo le habló directamente a la iglesia (1 Co. 5). No les dijo a los pastores o al personal que se encargaran del problema. Le dijo a la iglesia que se encargara. Así es con la mayoría de las cartas del Nuevo Testamento. Estoy seguro que los pastores de esas congregaciones del primer siglo estaban escuchando cuando Pablo, Pedro, Santiago y Juan se dirigían a las congregaciones.
Estoy seguro también que los pastores tomaban la iniciativa y lideraban las acciones según las instrucciones que daban los Apóstoles en sus cartas. Al seguir el ejemplo apostólico y dirigirme a ti, líderes y miembros por igual, creo que estoy poniendo la responsabilidad donde al fin de cuentas debe estar. Tú y todos los miembros de la iglesia son responsables en última instancia ante Dios de lo que sucede con la iglesia, no solo los pastores u otros líderes. Tú. Tus pastores y lideres comparecerán ante Dios para dar cuentas de cómo dirigieron la congregación (He. 13:17).
Pero cada uno de nosotros que somos discípulos del Señor Jesucristo daremos cuenta si nos reunimos o no regularmente con la iglesia y nos exhortamos al amor y a las buenas obras, y luchamos por mantenerla sana enseñanza y la esperanza del evangelio (He. 10:23-25).
Meditaremos aún más sobre eso en el capítulo 1.Después de esto, consideraremos lo que la iglesia es (capítulo2), el propósito de Dios para la iglesia (capítulo 3), y porqué la Biblia debe guiar nuestras iglesias (capítulo 4).
Si ya estás convencido que la Biblia debe dirigir nuestras iglesias para desplegar la gloria de Dios, quizá quieras comenzar en el capítulo 5 donde comienzo a listar las nueve marcas de una iglesia saludable.
Que Dios use nuestras meditaciones juntos para preparar a su novia para el encuentro con Jesús (Ef. 5:25-32).